miércoles, mayo 17, 2006

INTENTANDO COMPRENDER EL FANATISMO.
Cuando un animal está hambriento, a no ser que el terror lo atenace conduciéndolo a la muerte por inanición, se pondrá en peligro sin tomar precauciones para sosegar sus tripas.
El sexo es el otro impulso instintivo que "enloquece" a los animales y los lleva a arriesgar excesivamente sus vidas, cegándolos las hormonas en la atención al peligro de un depredador que puede así cazar con facilidad a un macho que sería habitualmente más rápido en la huida (como Fraga cazando un urogallo en celo: un tiro de feria). El animal encelado o hambriento tiene un objetivo fijo en su mente: necesita con urgencia satisfacer una obsesión que invade su atención por completo: toda su energía psíquica (y con ella la física) se centra en la imagen mental de lo que busca, porque un atractor tira como un sumidero tragándose su fuerza. No puede pensar con amplitud en lo que ocurre a su alrededor, evaluar riesgos y elegir conductas de rodeo para abordar la solución a su problema, es un zombi en busca de su droga. La realidad, digamos que objetiva, es el fondo perceptivo y desaparece en visión de túnel, se emborrona y ajusta subjetivamente como marco del objeto principal que absorbe su atención, impregnado hormonalmente como centro de necesidad ineludible.
Lo mismo pasa con el niño que juega con un objeto (material o mental) aislado del entorno por muy bullicioso u hostil que sea: las formas psíquicas están impregnadas fuertemente por el atractor y borran el fondo espacio-temporal, cuya percepción queda bloqueada por un mecanismo motivacional elevado a una gran potencia.
En los adultos y, por medio de la ampliación del campo perceptivo, la evaluación múltiple, al diálogo sujeto-objeto para la clasificación de los valores en planos de importancia, sin desnaturalizar el fondo y relativizando los propios jucios en el aprendizaje para evitar absolutos, las verdades únicas y la exclusión del otro en la toma de decisiones, se llega a adquirir un juicio racional complejo. Juicio que se pierde (si es que se ha llegado a lograr, en ciertos individuos de mente plana y unidireccional) cuando un elemento fuertemente lastrado por un prejuicio establecido como absoluto toma el centro de atención y obnubila la capacidad de relativizar, de ponerse en lugar de otro, de mediatizar la idea impreganate. entonces el sujeto se muestra incapaz de tener una conducta de rodeo (que exige abandonar la atención de lo principal por un intermediario temporal con la idea de lograr un éxito superior más tarde), de pensar en desplazar el objeto obsesionante hacia el futuro por medio de una estrategia no directa. Entonces emplea la violencia para saltar etapas y conseguir lo que quiere, o engaña, avasalla y se impone como sea.
Toda su conducta queda envuelta en una sola actitud: conseguir su objetivo ya (salvo que use una táctica predatoria de envolvimiento). Ha entrado en zona de catástrofe: se ha generado un centro del sistema que atrae impregnado la forma psíquica (no la realidad sino la figura que la representa en la cabeza del sujeto) hacia el centro del objetivo.
Incluso el miedo, que en el animal puede llegar a apartarlo del objetivo si se presenta de improviso, llevando la atención súbitamente hacia un punto de atención externo del original y con gran fuerza,puede en los humanos fanatizados por una idea radical ser racionalizado y reconvertido en más combustible para alimentar la idea fuerza: eso ocurre en la bulimia anoréxica, creo. Y, cuando se trata de una idea tan mortal como son las religiosas fundamentalistas, que están basadas en escapes escatológicos de la dura realidad e incluyen entre sus armas la vergüenza y la culpa como pulsiones directas del instinto de muerte individualizado y unen comportamiento social y particular en una proyección de naturaleza fantástico-mística, una ilusión de salvación eterna que proporciona la esperanza de una vida mejor más allá de las miserias de la realidad terrenal y alienta el sacrificio personal, familiar y hasta suspende el tabú de matarse a sí mismo y a otros que tienen la mayoría de religiones,porque la utópica justicia divina creen que está conduciendo la mano del asesino para hacer su voluntad.
Tienen así la misma estructura de conducta, aunque no las mismas justificaciones ni antecedentes, el que mata por honor y vergüenza machista a su ex, a los hijos y luego comprende qeu su angustia no ha cesado, puede haberse incrementado con su propia imagen futura detenido, y se suicida. Aunque ésta parta de un nihilismo de fondo en el que destacan los prejuicios patriarcales del macho alfa reconvertidos en familia monogámica, y la del suicida-bomba que cree, o se ve arrastrado sin ser capaz de reflexionar, que tras su sacrificio y el de los que se va a llevar consigo, vendrá un paraíso y la paz a su espíritu atormentado por la contradicción entre el fondo (la realidad) y sus principios morales (la obsesiva idea del mundo que se ha creado o le han enseñado sus clérigos).
Precisamente es propio de la naturaleza humana mantener una conducta diádica: dos punto de aplicación, ya sea espacial o temporales, que supone el aplazamiento de decisiones por evaluación múltiple. Eso da la posibilidad de reflexionar, de dialogar con otro y hacer juicios equilibrados, puesto que se precisa mantener argumentos (cosas) diferentes como cuando se llevan a cabo dos tareaas físicas como sostener en ambas manos objetos con diferente forma y moverlos en sentidos distintos. Y, también, de la hipotética mayor capacidad femenina para ello (comprobado empíricamente) extraigo yo un argumento posible de mayor preparación de la mujer para abordar los cambios sociales en una etapa tan de fanáticos y reduccionistas como es la que vivimos. Para ello, el humano ha adquirido en su prehistoria una "serenidad en la percepción" frente al comprotamiento oscilante de la atención (entro lo que hacen y el peligro alrededor) del resto de los animales. Pero eso requiere aprendizaje de la conducta de rodeo, desde luego.
El psiquísmo humano procede de la construcción de un intermediario entre el objeto y el sujeto (una idea, luego convertida en concepto y, más tarde, en palabra). De modo que éste último llega al primero no directamente sino por una recreación ideal, extraída de lo natural, pero convertida en imagen en su mente. Por eso es capaz de construir herramientas, más allá del utensilio desechable que usan muchos animales, que son un proyecto material de lo que quiere hacer con un objeto que tiene en mente (construirlo, romperlo, unirlo a otro, decorarlo, etc.) La herramienta o instrumento se transporta en las manos gracias a que se puso de pie, por lo que liberó la boca y la cabeza pudo retroceder y crecer su cerebro frontal. Se guarda con miras al futuro, además de elaborarse y decorarse individualmente y así adquiere un sentido complejo que contiene dentro tiempo concentrado. Desde el pasado de su invención o aprendizaje de uso al futro de lo que se piensa hacer con ella y los efectos consecuentes que deban satisfacer una necesidad o placer del propietario. También los instrumentos psíquicos, que desde luego requieren un nivel de abstracción más alto y un pensamiento tranquilo y superior (en el sentido de no referirse a una necesidad perentoria). Me refiero a la capacidad de inferir consecuencias a partir de causas y a la atribución de "funcionalidad mágica" a la Naturaleza y más tarde, la organización de sistemas lógicos con jucios y morales.
Pero es que además, la mayoría de las herramientas son una extensión del cuerpo que facilitan el acceso a lo que el propio cuerpo y sus órganos no llegan. Especialmente la mano (que ocupa en el homúnculo cerebral más área que el resto).
La mano tiene tres posiciones elementales (Jean Chateau: Las fuentes d elo imaginario): Abierta, mostrando en el hueco o sosteniendo en la palma algo para ser observado, aislándolo del fondo (o señalándolo con el dedo).
Pinza, que sirve para sujetar, dividir en partes, desmenuzar, analizar el objeto, estudiarlo.
Y Puño cerrado, que aplasta como maza, rompe, aprisiona o inmoviliza, ataca o percute y prensa algo que está fuera.
A ellas corresponden distintos instrumentos materiales sustitutorios y distintas formas psíquicas de proceder para aprehender el mundo,observando, analizando y comprendiendo lo extraño. Y a ellas podemos asociar (pero ésta es una hipótesis propia un poco arriesgada) los distintos tipos de pensamiento: mágico, analítico y comprensivo.
Por supuesto que así seguiría el curso histórico: la magia y las religiones, que sólo exigen ver y creer por asociación de fenómenos naturales y su porlongación sobrenatural y escatológica cuando se asocia a ellos una sumisión como ofrenda, alguien que esté detrás y, más tarde, al personalizarse en un padre supremo (monoteísmos) reflejo de la estructura social patriarcal del grupo de cazadores en el jefe de la tribu todopoderoso. Esas características magnificadas se trasladarán a la fantasía psíquica colectiva religiosa con la exigencia disciplianria absolutista del macho alfa en cuanto a deberes de todos hacia él como garantía de supervivencia llevada al Más Allá de la frontera mortal. Esa estructura mental continúa anclada en profundidad en la mayoría de las civilizaciones actuales (que se gestaron durante miles de generaciones prehistóricas) y lleva a muchos de sus individuos, imbuídos por un deseo de conservar la pureza original en medio de las frustraciones cotidianas que creen a pies juntillas lo que los dictan como órdenes del padre supremo sus dirigentes políticos y religiosos. Tal estructura psíquica es típicamente autoritaria y de exigencia mortal: quien no cumple pierde su puesto en el mundo mágico que gobierna su vida (en éste y en el otro inventado como religión).
Eso genera una ansiedad física y una angustia psíquica entre la moral ideal y la realidad que sólo tiene una salida, inmolarse o el sacrificio ermitaño, que los convierte en fanáticos.
Las otras, más evolucionadas, formas de aprehender los objetos (la realidad, entre ellos) implican diseccionar enpartes, clasificar en órdenes y dar sentido local concreto a lo que analizan, o pinzan.
Y golpear o abrazar con todo el entendimiento los problemas para asimilarlos y situarlos en el conjunto de la realidad, buscando soluciones más complejas.

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Madrid, Madrid, Spain
Soy fotógrafo de prensa en MADRID y además me gusta escribir. Tengo ya 60 años. Y opino que si no hubiera ni religiones con dioses ni ideologías totalitarias el mundo iría mucho mejor. No creo en la propiedad porque entré sin nada y así me iré de este mundo. Pero sonrío siempre que puedo a la gente (lo que produce efectos de todo tipo: unos se mosquean y otros me la devuelven). El cambio revolucionario lo están produciendo las mujeres al incorporarse a los usos del poder, así que espero que la sociedad vaya mejorando sin violencia y que el mundo detenga la locura de las guerras y los fanatismos para que algún día nuestros nietos vivan mejor. Mi otro Blog ¿POR QUÉ? es aún más descarado.