¿Porqué a los creyentes no les da el coco para mas cuando hay una catástrofe como la de Haiti y tienden a decir toda esa serie de estupideces que avergüenzan a la razón? Anteayer me sorprendió una mujer haitiana con pasaporte norteamericano que había salido del infierno aquel y regresaba a Nueva York en avión a reunirse con su hija a la que al ser preguntada por la tele no se le ocurrió otra cosa que decir que "No sabia que criterio tenía Dios para elegir a quienes debían de vivir pero que por algo la habría elegido a ella y no a otros muchos miles elegidos para morir en el terremoto". Es tan demencial y egocéntrica la idea de un Dios que muestra su predilección por tal clase de burra y deja morir a miles de niños inocentes y otras personas desgraciadas ya de antemano que es comparable a la del obispo Munilla, ese gran cristiano vasco que cree que la miseria moral de España por causa de las leyes de aborto y otras es mucho peor que la desgracia acaecida en la isla caribeña con 80.000 muertos y 300.000 heridos. Allá ellos, cristianos de pro, creyentes en seres tan superiores que no se preocupan de los pobres humanos ya sean adoradores suyos o no. Y es que está claro que la fe recorta la inteligencia, pero la fe fanática la mutila hasta el punto de inutilizarla.

¿Porqué la CEOE sigue sin ser capaz de quitarse ese peso de encima que es Díaz-Ferrán que los está ridiculizando con sus propias actividades empresariales tanto o más que el ministro principal norirlandés Robinson a su gobierno de coalición? A este último a quien su señora Mistress Robinson (se llama como la de la película El graduado, por cierto) ha colocado en difícil situación al mantener relaciones con un chico de 19 añitos (ella le saca 40, pero eso no debería tener importancia si fuera coherente, pero la muy cristiana se ha manifestado en contra de los gays y de las relaciones con menores en la prensa dando caña a los progresistas) y no sólo eso sino que le ha concedido avales o créditos para montar un negociete haciendo uso de sus influencias, lo que al final los ha descubierto. El primer ministro ha tenido que dimitir (temporalmente, dice) para poner orden en casa. Y eso es lo que tendría que hacer el jefe de los patronos españoles teniendo en cuenta el ridículo que supone el hecho de no estar pagando a la Seguridad Social por sus empleados, deber millones a los bancos, estar siéndole retirados los negocios en Argentina (donde ya le quitaron Aerolíneas y ahora van por los mismos predios sus Viajes Marsans) y haber sido denunciado por estafa en relación con los miles de vuelos frustrados de Air Comet que han dejado sin poder ver a sus familiares o regresar de verlos a tantos trabajadores sudamericanos de los que encima parecía burlarse al comentar en rueda de prensa que el nunca habría viajado en su línea aérea (como Groucho Marx no entraría en un club donde le admitiesen). Y para colmo de caradura, ahora va y se compra un Ferrari exclusivo de un modelo del que sólo hay 60 en el mundo para añadir a los otros coches (por no decir los oficiales que le llevan a todas partes con la pasta de otros) que posee: Porsche y Rolls Royce entre otros.
Con un tipo así diciendo, mientras no paga el sueldo a sus empleados ni los deja ir al paro a cobrarlo por no saber resolver su situación, que la manera de solucionar el paro de la crisis es con más contratos basura (en eso le apoya otro figura nacional con gran carisma, el ínclito Rajoy y sus huestes conservadoras) no se cómo la patronal no se echa al monte ya de una vez a las órdenes de tan magno caudillo. Lo que hay que ver y oír.

Aún no me entra en la cabeza que tengamos que soportar jueces injustos a estas alturas de la película y por todas partes: no sólo las sentencias famosoas ya sobre la violencia de género, que para qué repetirse..., sino el absurdo encarcelamiento incomunicados de los miembros de Greenpeace en Copenhague por sacar una pancarta en la entrada de una cena para los mentirosos políticos que prometen hacer algo con la situación del calentamiento global y se limitan a cenar sin comprometerse en nada: sólo les pedían que asumieran su responsabilidad. Luego está la de ese otro juez impresentable norteamericano que condena a 14 años a una mujer española a quien un juez español dió la razón por no entregar a su hija a un exmarido de aquel país que ha celebrado la malhadada sentencia. Pues menos mal que no le dio a la niña porque si no no se que habría sido de ella con tanto odio encima. Y por poner otro ejemplo estremecedor, la sentencia sobre unos periodistas españoles de la SER por haber publicado una noticia sobre miembros del PP de Madrid en relación con el caso Gürtel y sus ramificaciones, y lo hace con la disculpa execrable de que lo han hecho en Internet y eso no es un medio de comunicación. Pues entonces qué es, señor mío... una patata o lo damos como animal de compañía. Que alguien me diga si nos merecemos en este mundo unos jueces tan carcamales y reaccionarios, tan absurdos y ... no digo más que me pierdo.