La Iglesia católica huele muy mal, especialmente sus jerarcas que dicen hablar con "su dios" y desprecian a todo aquel que no piense como ellos. Ahora tachan la asignatura escolar "educación para la ciudadanía" de ser una enseñanza ideológica y adoctrinadora" y se quejan de que quienes estudian la de "religión" (no religión en general, sino la suya, la que llevan consiguiendo imponer en los colegios públicos y privados desde la edad media con el crucifijo sobre el maestro y antes flanqueado por los retratos del dictador Franco y el fascista Jose Antonio, los "dos ladrones" de su libro santo) -dicen- son unos héroes porque no se van al recreo. El problema de esa asignatura (la de EpC) es su falta de contenidos no precisamente de ideologizar, al contrario que la "religión", en realidad una doctrina católica bien reaccionaria clavada en el corazón del sistema educativo con sus discrimanaciones, machismos, corruptelas morales llamadas pecado y arrepentimiento, su utilización de la represión sexual para mantener en el redil a sus "corderos" y todos los ataques a la independencia femenina del yugo patriarcal en todo lo que pueda ser decidir por sí mismas todo lo referente a su vida, cosas si quieren hijos o no, por ejemplo. Y, encima, les tenemos que pagar sus juergas ridículas con su "Papa" al frente y todos esos carcamales disfrazados como si fueran al carnaval vociferando contra las leyes del estado de derecho y el gobierno democrático. Y para mas "inri", nuestra populista lider-esa les va a regalar del presupuesto que pagamos con impuestos cristianos y no cristianos (de otras religiones, laicos, ateos o pasotas por ejemplo) 43 millones de euros de bellón de los que más de 38 son para favorecer la Educación privada de sentido común que representan los colegios religiosos y casi un millon para sus conciertos de Sanidad, mas de tres millones seiscientos mil a regalar al arzobispado, la santa Hermandad, la concatedral, la catedral y la provincia eclesiástica y su santa madre que los parió a todos.
Indignado e impotente porque, además de hacer lo que les da la real y santa gana, se quejan de no poder darnos más por culo a todos los que no pensamos como ellos. Así que mis intenciones de no ser anticlerical se van abajo continuamente cuando los oigo echar espuma por la boca (como dice un refrán español: "pides más que la boca de un cura"). Y no tengo más remedio que desahogarme al menos mandándolos a todos al p... infierno. No tengo nada contra los pobres creyentes mas que sentir piedad por haber caído en las sucias garras de unos crápulas ampulosos y soberbios, forrados pedigüeños, erotómanos que babean por meter mano a los adolescentes y niños mientras echan pestes del sexo y de la prevención de enfermedades y embarazos, miserables machistas que dicen adorar a una virgen-madre, sadomasoquistas y tantas otras cosas más que salen cada día a la luz y ellos tapan con sus asquerosas sotanas y oropeles. Menos mal que no creo en seres supremos porque si así fuera les pediría que los dieran de su propia medicina.