Aún no me entra en la cabeza que tengamos que soportar jueces injustos a estas alturas de la película y por todas partes: no sólo las sentencias famosoas ya sobre la violencia de género, que para qué repetirse..., sino el absurdo encarcelamiento incomunicados de los miembros de Greenpeace en Copenhague por sacar una pancarta en la entrada de una cena para los mentirosos políticos que prometen hacer algo con la situación del calentamiento global y se limitan a cenar sin comprometerse en nada: sólo les pedían que asumieran su responsabilidad. Luego está la de ese otro juez impresentable norteamericano que condena a 14 años a una mujer española a quien un juez español dió la razón por no entregar a su hija a un exmarido de aquel país que ha celebrado la malhadada sentencia. Pues menos mal que no le dio a la niña porque si no no se que habría sido de ella con tanto odio encima. Y por poner otro ejemplo estremecedor, la sentencia sobre unos periodistas españoles de la SER por haber publicado una noticia sobre miembros del PP de Madrid en relación con el caso Gürtel y sus ramificaciones, y lo hace con la disculpa execrable de que lo han hecho en Internet y eso no es un medio de comunicación. Pues entonces qué es, señor mío... una patata o lo damos como animal de compañía. Que alguien me diga si nos merecemos en este mundo unos jueces tan carcamales y reaccionarios, tan absurdos y ... no digo más que me pierdo.