SÍMBOLOS: un símbolo es una forma abstracta, pictográfica, de representar una idea. Un símbolo institucional puesto en cualquier sitio es la manera de expresar el PODER que se tiene en aquel lugar. Por eso las banderas presiden los actos nacionalistas (o deportivos, que para el caso...) los escudos se ponen en los edificios con lemas históricos (y muchas veces histéricos) en letras grandes y latinajos periclitados cuando quieren rememorar el pasado romano (y fascista, por rebote mussoliniano) como es el caso de muchos frontales modernos (desde la Puerta de Alcalá al maldito Arco del Triunfo franquista en Moncloa). La iglesia católica tiene además el mal gusto de presumir simbólicamente de la supuesta tortura y asesinato de su dios-hijo mientras su parte humana pedía explicaciones al mal padre que lo había abandonado y se encomendaba al santo espíritu que cuentan que había embarazado a su virginal mamá por orden del primero e intermediación angelical. Con ese símbolo de poder en los colegios, los tribunales (en la visita al Supremo hace unos días me escandalizó ver los enormes crucifijos colgados en las salas donde se imparte justicia supuestamente de manera aconfesional, aunque muchos jueces meapilas pongan sus creencias particulares por encima del Derecho público), las tomas de posesión de cargos públicos laicos o los funerales de estado. Para los catolicazos del PP eso es muy natural y forma parte de nuestra ancestral cultura (claro, como los toros y las palizas a las mujeres) y dicen (Cospedal) no sentirse molestos por ver tales símbolos religiosos de SUS creencias en esos lugares en que los niños aprenden el mundo (también la reina, que cree que la religión explica la vida, cuando para quien no tiene esa forma de pensar, que somos millones, lo que hace es falsificar la realidad y embaucar a los pobres infantes para que coticen a su iglesia y a sus prelados y voten a los políticos afines. Para cualquier laico, o creyente no disciplinado a la jerarquía metementodo del Vaticano, un crucifijo en una clase es un abuso de poder y, para más " inri" es anticonstitucional como el aguilucho franquista de la bandera patria y el yugo y las flechas que tanto daño hicieron a los españolitos de otrora: primero en una guerra brutal y luego en una cruel postguerra vengativa llena de fusilamientos y cunetas bendecidos por los crucifijos y las oraciones fascistas de brazo alzado. Es muy curioso que esa misma iglesia pida "olvidar" aquello por ser del pasado (la búsqueda de las tumbas de los familiares) y se encabrite cuando un juez exige la retirada de su símbolo religioso de un lugar laico y mientras se dedique a beatificar a miles de caídos "mártires por Dios y por España" muchos de los cuales eran unos auténticos criminales y otros tantos unos pobrecitos asesinados por otros fanáticos (que en todas partes cuecen habas) sin ningún afán martirológico. En definitiva ¿por qué no acepta la Iglesia católica reducir sus privilegios a los que tiene cualquier confesión religiosa o deportiva y no recibir del Estado de todos ningún dinero ni concesión y buscarse la vida entre sus fieles como hacen los masones o el Atleti por poner un par de ejemplos?