"La insensatez es sólo falta de imaginación" (Hermann Broch,1913, Los inocentes)

Hay hombres que presumen de patriotas
encandilando masas ignaras bulliciosas
con banderas rojigualdas
y reivindicación de sangre derramada vengativa.
Acusan al contrario,
al que las urnas hicieron ganador electo,
de traicionar valores insensatos,
como la guerra, la nación, la fe o la raza del país del toro.
Mientras hurgan la pus de las heridas
remueven la mierda en las esquinas
se inflaman con gritos estentóreos de soflama ingrata.
Son los que nunca quedaron contentos
si no tenían poder absoluto para corromperlo todo absolutamente,
son los nostálgicos del gallardete y la lanza encaramada
de atravesar moros y dragones no cristianos.
Aquellos cuyos negocios nunca fueron tan bien
como al tener esclavos hambrientos por las calles
y jóvenes negras en puticlubs de carretera.
Los que el domingo salen de misa
con la mujer y los niños y se van al bar
de aperitivos con sus trajes de diseño
y luego, en su berlina niquelada a un chalet
con zona deportiva, piscina y algún árbol a lo lejos.
También quienes tienen un empleo bien seguro y bendecido por su dios cristiano
con fondos invertidos en la Bolsa para poder mirar tranquilos su futuro.
Mujeres jubiladas o viudas que arrastran frustraciones
y viejos machistas que nunca pegaron bastante a los hijos,
pero ahora sacan al parque a unos nietos a los que no comprenden.
Están también los dirigentes patrioteros de las masas
que empezaron su carrera en los negocios del partido
y los que hicieron sus negocios a partir de sus poltronas.
Sobre casi todos ellos pesan sospechas nunca confirmadas
de sucesos que ocurrieron pero han sido bien pagados.
A todos parece preocuparlos la patria desunida,
el poco castigo impuesto a asesinos de baja estofa,
la quiebra fraudulenta de los inversionistas,
el alza brutal del precio de los pisos que acumulan,
el agua que no llega hasta sus regadíos y campos de golf,
la discriminación positiva de mujeres y la racial de sus compatriotas
por parte de esos sucios extranjeros que llegan en patera.
la conexión extraña de un teléfono-bomba en una bolsa
y la dinamita utilizada que no cuadra con sus planes,
la división apologética de una España imaginaria
y hasta el olor de las sábanas de un preso amortizado
al cual tampoco ellos supieron condenar en su momento.
Ahora, estabán buscando mártires de nuevo
y les salen dos pobres inmigrantes acostados
que no han colaborado nada en el concierto.
Les gustaría ver quemadas sus banderas en la calle
que se atacasen las fronteras interiores con acuerdos,
pero a lo más que llegan es a intentar mezclar las churras y merinas
para inventar historias increíbles.
Quien fue su líder bigotudo
perdió su crédito al unirse a un par de tontos mentirosos
se descolgó del éxito político
al traer la guerra del infierno al purgatorio hace 3 años
y los inútiles sucesores no atinan
a encontrar la línea del poder, de forma moderada.
Están jugando con fallas peligrosas
convocan fantasmas ideológicos antiguos
envidan con farsas y maldades engañosas
pretenden dividir los campos españoles
entre amantes de la patria y enemigos
como ya intentara no hace tanto el pequeño señor del bigotillo.
Les gusta, no hay más que verlos, el clima de la bronca
y la soflama demagógica patriótica,
la acusación de criminalidad a todo aquello
con lo que no están de acuerdo
y tener en sus manos los negocios
para ser ellos los que vendan y compren los terruños,
las acciones de empresas y las putas ilegales.
Pero han de tener mucho cuidado
porque debajo de su verbo y su bandera
está un amigo incómodo acechando
Con tremendo carisma inesperado
que arrebata masas e inflama el odio despertado
los sacará a la calle a sangre y fuego
como la Historia muestra que ocurrió primero
Los pondrá en el tiro de caballos
para arrojarlos a sus patas, luego.
Esos idiotas que aún juegan con el fuego
sin haber aprendido nada de las masas y el poder de los jefes carismáticos
no comprenden el sentido histórico del miedo,
la afición grotesca del insulto coreado,
lo difícil que es cambiar mentiras evidentes por palabras ciertas
una vez que el cielo se ha juntado con la tierra
y la violencia se convierte en guerra santa o cruzada por la Nada
La ironía de entreguerras alemanas
con aquel loco farsante elegido presidente
y comenzando la debacle apoyado por los suyos
entusiastas seguidores patrioteros
enviscados y violentos de pardos uniformes arios
tanques, bombas, campos de exterminio e inmoralidad suprema
comenzaron agitando sus banderas nacionales
y gritando mentirosas consignas iracundas
hasta que un monstruo infame y degradado
arrebató las astas y la voz cantante de sus socios
y entonces, fue demasiado tarde ya, para detenerlo.