"YO NO SOY TONTO" dice un anuncio de una tienda de ordenadores como invitación a sus clientela porque sus precios son más bajos que los de otras. Y hace unos días, un numeroso grupo de votantes del PP se daba por aludido (a pesar de que dicen ser de centro no de derechas) por las palabras del alcalde de Getafe, Pedro Castro, que dijo en una charla con sus partidarios "¿Por qué hay aún tanto tonto de los cojones que vota a la derecha?". Días antes el "Defensor del Pueblo" también llamó tontos a los antitaurinos porque decía que la "fiesta de los toros" (también llamada "nacional"- que ya tiene cojones, la cosa...) es algo en lo que hay que creer (!) y si no se tiene fe es que uno es tonto. Que ya le vale al inteligente y racional defensor del pueblo. Y protestamos autoproclamándonos "tontos" quienes no siéndolo tomamos como una estúpida broma de ese señor el leve insulto contra la razón de quien no puede comprender que en lo único que se puede creer es en la ciencia, que en el caso taurino nos dice que esos animales sufren mientras los "listos" se divierten en el circo: como cuando Nerón quemaba o echaba a los leones a los cristianos. Y que no me vengan con que una cosa son los animlaes y otra las personas porque el sistema nervioso es similar y las putadas que se hacen a las pobres bestias antes de salir al ruedo son de muy hijoputas (ver Manuel Saco en El Público) y yo he fotografiado muchas corridas desde la barrera donde se pica y la brutalidad es terrible: el toro muge de dolor e impotencia mientras saltan chorros de sangre como fuentes de su lomo, antes de que lo banderilleen, confundan a capotazos y estoquen sin piedad, a veces durante mucho rato si el gualdrapas de turno no tiene su tarde, le cortan orejas y rabo estando aún vivo y vomitando sangre y lo arrastran para despellejarlo dentro (una vez me gané una bronca por hacer una foto de ese momento porque a los carniceros no les gusta salir en la foto al revés que los toreros). Pero, volviendo a los "tontos de los cojones" hay que decir que esta es una frase clásica de la izquierda "eres mas tonto que un obrero de derechas", debido a que las derechas siempre ha estado ligadas al poder burgués o aristocrático, a la Iglesia papista y a lo más reaccionario de las judicaturas por lo que sus intereses de clase son claramente a favor de la Banca, de las grandes corporaciones, de las jerarquías clericales y, muy a menudo, de los fascistas (en España desde siempre hasta hoy que siguen acudiendo juntos a las manifestaciones contra toda clase de progreso que se promueva por parte de la sociedad civil o por un gobierno de centro-izquierda como el actual o el de Felipe González). Por eso, la izquierda siempre ha entendido que la comedura de coco y el chantaje populista de los derechistas podían convencer a los obreros (o clases medias, ahora) pero nunca defender sus derechos ni reivindicaciones, por lo que apoyarlos con el voto o las manifestaciones (como quieren hacer de nuevo el 28 de diciembre la Iglesia contra el aborto y, de paso, contra el gobierno, como siempre) es de ser un "tonto de remate", o sea "de los cojones. Yo, en ésto ya que no en otras cosas, me siento del lado de Pedro Castro. Y el que se de por aludido que empiece por mirar hacia su lado: estoy harto de ver como los diputados regionales del PP insultan sin parar al gobierno de Zapatero en todas las sesiones, como el mismo señor Rajoy ha llamado al presidente desde "bobo" a inútil en declaraciones o desde su escaño, como ni Trillo (¡manda güevos!) ni otros han pedido disculpas por las barbaridades que se les han escapado con micrófono abierto y encima el muy "presunto" (en portugués, pata de cerdo) corrupto pendiente de múltiples juicios por defraudar a la Hacienda pública nacional señor Fabra (y otros cargos del PP de su calaña a los que ni condenados se les expulsa del partido) dice que si le toca la lotería una vez más (tiene tanta suerte que da que pensar, porque todo el mundo sabe que en Marbella se blanqueaba mucho dinero negro comprando décimos premiados) se irá a mear la sede de Izquierda Unida (con todo el respeto democrático-mingitorio que eso supone en un personaje tan peculiar, suegro, por cierto y no me canso de recordarlo del "guapo" consejero de Privatización de la Sanidad Pública, señor Güemes que se pasa también por el forro las protestas de trabajadores y usuarios de los hospitales como yo he podido comprobar las veces que he estado presente. Lo mismo que su "jefa" (así le gusta que la llamen), capaz de encararse con una sindicalista a sabiendas de que esta no podía hacer nada (y menos rodeada de policías y guardaespaldas) y decirle de todo menos "bonita".
Así que yo, que no compro sin embargo en esos almacenes, me reivinco de la frase y aclaro "YO NO SOY TONTO", o sea, que como trabajador y persona que reflexiona sobre los poderes de este mundo (en el otro ya veremos) soy de toda la vida de izquierdas y nunca votaré a un partido que defiende los intereses contrarios a los míos, se las da de democrático pero funciona a dedo, proviene directamente del franquismo aunque se le añadieran gentes de otros lares para beneficiarse de las prebendas del poder, se alía con la Iglesia y los mayores carcas de este mundo sistemáticamente y su último gobierno nos metió en una guerra casi mundial por medio de mentiras y con el 80% de los españoles en contra, en Madrid se hicieron con el gobierno con la picardía de los tramposos (incluso el anterior presidente y ahora alcalde se enfadó muchísimo con la maniobra de aprovechamiento y cobertura de los dos transfugas, conocida como "tamayazo" y se cuenta que les pedía que dos populares se abstuvieran para restablecer el orden democrático, mientras pedía disculpas a Simancas y empezaba su guerra interna contra Esperanza Aguirre y sus secuaces (que reían y disfrutaban allí -lo recuerdo perfectamente- como cosacos en fiesta), para empezar a privatizarlo todo, es decir entregárselo a sus amigos capitalistas en detrimento de los madrileños: sanidad, educación, agua, carreteras y parques regionales, etc.
Si ahora se sienten cabreados (en realidad les importa un pito, pero se agarran a cualquier cosa para montar el pollo, como demuestra la experiencia reciente) pues que se fastidien. Y espero que cada vez haya en Madrid menos "tontos de remate" entre los trabajadores porque si no dentro de unos años hasta los "tontos de los cojones" de hoy se van a arrepentir de haberlo sido al darse cuenta de que ya no les queda nada.