En el límite del Universo

El vértigo al vacío en el pensamiento
es la idealización del infinito matemático
la persecución de cero en Pi,
límite científico
que busca la complejidad de los teoremas,
o físico,
como las fronteras del universo espacio-temporal.
Pero ¿existen otros universos?

Los bordes del pensamiento racional
son murallas culturales.
Tras ellas, un abismo ciego
detiene la capacidad de seguir pensando
y cortocircuita los sistemas con el pánico.
Asentado en suelo firme
uno mira hacia dentro
aterrorizado por otras dimensiones.
Si alguien habita allá
sólo un chamán puede conocerlo.
Será que interrumpe el juicio "normal" y altera su conciencia
hasta que los ángeles-correos pueden entrar en su mente
traspasando los límites de la vida
y ponerlo en contacto con los sueños.
¿Hubo algo antes del tiempo?
¿qué habrá cuando se acabe?

En las fronteras acechan
la perplejidad y el terror a la incertidumbre.
Si ahora somos cero convertido en uno
¿qué seremos al final de esa nada?
Cristalización de un suspiro convertido en emoción
o fórmula estética que procede de un no sé qué
engendrado no sé cuándo por no sé quién.

Nos encontramos en la víspera
de ser otros en el paradigma de la substancia
Y aún crecen flores de dolor en nuestro vientre,
pero en el hilo que conduce al centro del laberinto
vibran las impresiones de un inconcreto,
manifestándose en súbitos impactos de conocimiento.
Así que vamos con esa presciencia que intuye
cómo se simplifican las notas de música en la casa
mientras oscila la onda semántica
en los gestos que millones de datos inscriben
cada día desde todos los noticiarios.
La información hierve entre borbotones de ruido
y hay que buscar en la sedimentación
de los policromados bits que saltan como gotas
y conforman estructuras simples con dibujos geométricos.
Entre los números cunde el miedo
quizás vaya llegando el día de su desenmascaramiento
cuando los límites sean alcanzados
y Gödel cierre el eterno círculo de su dependencia.

No sé, la verdad, explicar el método de asimilación,
no consigo captar el mecanismo
por el que los campos eléctricos
se transforman en imágenes,
comparándose con modelos
que se formaron en algún lugar de la azotea,
cuando yo comparaba acciones fortuitas
con su repetición continuada
y asentaba
conexiones fijas de sinapsis
esperando ser llamadas de nuevo para actuar.

Lo cierto, es que intento descifrar un enigma
y me paso el día y la noche dando vueltas a mis sueños
Vago vagar que me vaguea entre semas y somas.
Largo largar que a lo largo de un largo retoma el tema.
Y en el hueco ajado de mi víscera suprema
la amapola canta como un peluco rajado.

(De mi libro de poesía "Vida Eterna". Escrito hace ya muchos años)