EL ARTE Y LA LITERATURA DE CIENCIA-FICCIÓN
EL ARTE es una intersección entre lo físico y lo espiritual. entre la capacidad tecnológica humana (tomando por tecnología, desde la expresión de emociones por medio del lenguaje a la arquitectura) y el miedo a la Muerte (que expresa lo religioso y lo filosófico en la dirección escatológica de nuestro deseo de persistir). El Arte es un compromiso emocional fundido en palabras o materiales físicos que constituye una abstracción del misterio, un precipicio vertiginoso ante el que detenemos el Tiempo y nos extasiamos al borde lo lo metafísico porque los sentimientos producidos artificialmente por la literatura o la expresión plástica visual o sonora conectan directamente nuestros sentidos con lo incomprensible, haciéndonos partícipes de un momento epifánico, revelador o impactante que abre la mente. Es una emoción transmutada en formas y ritmos que al ser captados por nuestros sentidos nos producen un placer estético que llamamos belleza, pero que no sabemos como interpretar con lógica porque procede de lo intuitivo, lo inmediato que entra en la mente y la subvierte con un secreto.
LA LITERATURA, heredera escrita (el cine lo será en imágenes) de la costumbre ancestral de contar historias para calmar el ansia de saber entre lo mágico y lo posible, se convirtió en Arte cuando fue capaz de elevar a universal una manipulación emocional producida con palabras (o gestos teatrales) abocando a los espectadores (lectores) al filo del misterio de la naturaleza humana y su sentido vital.
La de carácter histórico recoge pasados reales o factibles para encandilar presentes aburridos. La "futurista" o de "ciencia-ficción" que tiene a su vez muchas subdivisiones entre la fantasía pura y la "hard" (que exprime los conocimientos científicos actuales para imaginar posibles futuros), la "space opera" (aventuras de princesas o astroanutas valientes, tipo Guerra de las Galaxias) y la metacientífica especulativa con su aportaciones pseudofilosóficas de los problemas morales que la evolución nos podría plantear; anticipando la caduca historicidad de nuestras preocupaciones éticas actuales en otros mundos o cuando las teconologías futuristas se hayan convertido en simples angustias sexuales y reproductivas del cuerpo carnal y la mente puramente cerebral, de la duración de la vida y los viajes en el espacio-tiempo hasta condiciones imposibles de pensar hoy día.
Ese conjunto de aspiraciones vulgares y elevadas, bien o mal presentadas o resueltas, posibles o simplemente imaginarias, nos plantean algo que llega por confluencia de objetivos a hacer rozar la Ciencia con la Religión, el Arte y la cotidianeidad. Presenta un abanico imaginario de problemas, de medios para resolverlos y, a veces, hasta de hipótesis plausibles a temas sólo intuídos hoy por los humanes, además de versiones futuristas de los clásicos. Eso hace que sea un aliento fresco para el espíritu innovador humano, frente a la caduca tenacidad historicista de los temas pseudohistóricos de esas otras novelas ambientadas en el pasado real o en las elucubraciones interesadas de los novelistas que han encontrado un filón para replantear situaciones de hoy con trajes medievales.
En la ciencia-ficción hay de todo buenos y malos escritores, gente con imaginación temática e incapacidad literaria y viceversa. pero, cuando un buen escritor coge un tema y lo desarrolla a partir de una idea innovadora, con técnicas literarias apropiadas y novedosas y nos emociona y hace reflexionar acerca del argumento o los problemas adyacentes al mismo, creo que está haciendo mas por el Arte literario que todos esos poetas y novelistas mediocres encapsulados en lo que creen clásico o moderno que en realidad ha caducado ya y que se pretenden puros al no contaminarse por géneros "secundarios" como la ciencia-ficción o la novela negra. como si Hamlet o el Sueño de una noche de verano, el Quijote , los Miserables o Madame Bovary no fueran de por sí literatura genérica para su época. Por ejemplo, pensemos que alguien hubiera escrito:
"En un lugar de la ancha Vía Láctea cuya posición espacio-temporal y nomenclatura galáctica no constan en los datos recibidos por la Estación Central de Luna, vivirá en los próximos milenios un viejo y solitario cosmonauta de origen terrestre, de los de rayo láser apagado, pantallas táctiles de exploración cansadas de no hacer nada y computadora en fase automática de viaje hibernado, metido en un sarcófago de crionización y sumido en sueños fantasiosos, a la espera de que alguna señal del cielo lo despertara para poder emprender unas aventuras que... etc"
(continuará...)