lunes, julio 17, 2006

DIA MACHO

DIA MACHO (RELATO CANALLA DEL DÍA DECISIVO DE UN MASTUERZO)
Desperté por la mañana, como es natural en un hombre, completamente empalmado. Así que, antes de levantarme para ir a mear, le dije a mi Churri que me hiciera una mamada. Y ella, por supuesto, disfrutó de su desayuno a la española, haciéndome sentir feliz con ese comienzo de mañana torero, con una corrida de vuelta al ruedo.
Luego, le mandé prepararme unos huevos con chorizo y pan tostao, zumo y café cargado, mientras yo me desperezaba en la ducha. Decidí no apurar mi afeitado para mostrar ese rastro punteado y picante del rostro curtido con una incipiente barba. Me contemplé los pectorales y la barriguita cervecera y hube de reconocer que estoy cojonudo para la edad que tengo,... porque, a los cuarentaytantos, hay muchos tíos que están hechos un asco y yo, mejorando lo presente , me mantengo como un chaval, pero con más solera, como los toros y los buenos vinos.Tampoco me di desodorante ni cremas, aunque me atusé la jeta palmeandola con Floyd y tracé bien la raya de mi pelo negro, a la derecha, pegándolo bien con fijador al cráneo y ordenando mis rizos morenos del cogote, como un helecho de jardín. Definitivamente estaba para romper bragas con mirarme.
Tomé mi almuerzo leyendo un periódico deportivo y escuchando someramente las diatribas morales de ese monstruo de la radio que es el Jiménez de la Cope, que suelta las verdades sin cortarse un pelo y tienen acojonado hasta al alcalde de Madrid. Luego me puse la chaqueta cruzada azul blasier sobre la camisa de rayitas y me ajusté la corbata con elefantitos y asnos que me regaló el niño por Reyes.
Antes de salir, besé a mi esposa, que aún estaba en bata y con esas cosas que son como rulos pero más modernos. Le pellizqué el culete con saña para ver si es verdad que se le endurece con los ejercicios gimnásticos diarios, gracias a los aparatos esos que compramos en la Teletienda y que cuestan un cojón.
Salí en busca de mi BMW gris perla, que me esperaba soñando con mi fibra de piloto de rally, en el garage del adosado. Atravesé la entrada hecho una fiera, dando un susto de muerte a una vecina que es más tonata que un haba y que iba a tirar las bolsas de basura de colorines a los contenedores de reciclado... ¡qué gilipollez!, como si no fuera igual toda la basura... que la separen los del Ayuntamiento, que para eso pagamos impuestos, ¡joder!.
Llegué al semáforo de la urbanización, pero, como no había nadie más, y el vigilante ya conoce mi carácter agresivo, porque un día casi le parto la cara por pretender llamarme la atención... ¡A mí!, ya ves... estuvo a punto de costarle el puesto. Si no fuera porque luego se me humilló pidiendo disculpas y tal... Bueno, que me salté el stop y aceleré con furia mi berlina de lujo con prestaciones deportivas de primera.
Regateé a los capullos semidormidos que salen a esas horas a sus curres de oficinistas y tenderos. Me puse a la altura de una tía que, como todas era una inútil al volante, a quien en aras de una supuesta prudencia, se le ocurrió increparme por adelantarla en un sitio prohibido, saltándome la línea continua y el límite de velocidad de la zona. Y, para que aprendiera, la muy gilipollas, me dejé coger y le hice un par de jugarretas de acoso y derribo mientras le decía lo que pensaba de ella "Mujer tenías que ser... so puta... si estuvieras en tu cocina no te pasarían estas cosas, zorra inútil..." Y otros piropos por el estilo, que se me ocurrieron sobre la marcha. Acabó yéndose a la cuneta y lloriqueando como una nenita. Y yo, riendo a carcajadas. Hoy estaba de buen humor. Puse la radio a todo volumen con uno de esos discos de regatón que compre el otro día en el topmanta del mercadillo del pueblo y... a tomar por culo... me puse a casi doscientos en el tramo de autopista siguiente. Se iban a enterar hoy los mediocres maricones y las guarras comepollas de la empresa. yo soy un ganador... Y cuando empiezo el día con una buena mamada, los ánimos suben al hiperespacio de los tíos cojonudos.
Llegué al parquin de la empresa y, adelantándome al tontolculo de Ramírez, me metí con un volantazo que lo dejó pasmao y tuvo que frenar en seco, para quitarle su habitual plaza de aparcamiento. Cuando se quejó, al salir de su ridículo Ford Fiesta y con esa cara de capullo amodorrao que se gasta, le enseñé el dedo corazón de mi mano derecha y una sonrisa profidén con inclinación de cabeza, de esas que dicen sin lugar a dudas "te jodes". Pero, imponiendo enseguida mi musculatura, como si me estirase al salir del buga, para demostrar quien manda y quien obedece. Por supuesto, se achantó y bajó la cabecita. Se fue mascullando por lo bajini al cuello de su raquítica camisa blanca de mangas cortas no se qué, pero no se atrevió ni a entrar al ascensor conmigo.
Yo, al meterme en el ascensor con mi portafolios en la mano y mi sonrisa imponente comprendí al mirarme al espejo porque las chicas me admiraban. Dos de las secretarias del piso anterior al mío cuchichearon y se rieron, mirándome, con unas caritas que decían "cómeme el coñito, machote..." Estaban verdaderamente impresionadas por mi apostura y mi planta de caballero español... Así que les guiñé el ojo y levanté las cejas, por lo que se llevaron las manos a su preciosas boquitas pintadas de las que se escapaban grititos histéricos de deseo. Estuve a punto de tocarles su hermoso culo antes de salir, pero me corté porque estaba detrás el estirado del vicepresidente ejecutivo y no quería dar motivos de queja. Aunque ellas, se notaba, que lo estaban deseando como quedó claro al salir del cuchitril meneando sus pompis rumbosos y casi, casi enseñándolo todo con esas minifaldas que le ponen a uno enfermo, si es un tío como hay que ser.
De reojo, miré al vice que estaba tan serio como siempre, porque ese no se ríe ni aunque le obliguen, por lo menos en la oficina, y le veo que me dirigió una miradita amariconada y despreciativa, que a punto estuvo de provocarme un acceso de mala leche, si no fuera por el buen talante que me iba trayendo el día.
Cuando salí, además de los "buenos dias" neutros que dejé caer como una monedita a un desgraciado, me quedé con ganas de soltarle en su jeta lo que pensaba de los capullos acabados como él y arrimarle un par de hostias. Pero, como soy un caballero, me contuve, aunque antes de estar fuera me solté un pedete insonoro para que sintiera de camino a su piso lo que pienso de él.
Entré en mi despacho y llamé de inmediato a mi secretaria para que me trajera un café y la agenda del día.
Ya, desde que entró Zulema me puso burro... ¡qué tía! y eso que lleva un nombre moro o vascuence que suena como un pedo. Pero... ¡tiene unas piernas!... y lleva unas falditas y unas blusas que, bueno... Le dije "Zuli, hoy estás guapísima, como siempre, pero yo casi diría que un poco más... Tu novio se lo debe pasar genial contigo ¿no?... ¡Joder, que buena estás!."
Ella soltó una sonrisa un poco como de circunstancias, porque yo se que no le gusta que hable de su novio, aunque estpoy completamente seguro que le encantan los piropos que le suelto y que, a veces cuando se lo haga con el tarao ese estará pensando en mi.
A veces dice "no es usted muy fino, don José, ... yo le rogaría que no exprese sus opiniones personales sobre mi ropa o mi apariencia, me avergüenza y, sobre todo, no se meta en mi vida privada, por favor. No creo que sean apropiadas esas confianzas entre un jefe y su secretaria. Me siento muy azorada." ... ña, ña, ña, ña, ña, ña, ña... tonterías...
"Azorada"... ya ves... y la muy puta se me pone esos pantaloncillos ajustados o esas falditas que, en cuanto se sienta y yo me agacho un poco echándome hacia atrás, disimuladamente claro, para no violentarla dejando saber que se que le gusta enseñármelo, le veo esas braguitas tanga que llevan ahora las tías y que me ponen ciego de cachondo. Le tengo que comprar unas cuantas de esas a mi parienta y follarla destrozándoselas, mientras pienso en la Zulema de los cojones, vamos...
Me trae el café y me lo sirve, como sabe que me gusta, con mucho azúcar y poca leche. "Cortadito dulce, como yo", le digo, y me mira con sorna, por lo que se ve que me desea.
Alguna vez le he tocado la rodilla y se me ha puesto como un tomate, la muy... y en un par de ocasiones me he acercado por detrás, estando en la fotocopiadora y la he arrimado el magué a su culito respingón. La primera, se quedó de piedra. No supo como reaccionar, así que le dije "como me pones, Zuli"... y ella se apartó con una cara de susto, que yo creo que fue sobre todo al notar el tamaño de mi carajo. ¡qué tía!. La siguiente vez, se volvió y me dijo "Ya está bien, don José, que ésto no se puede hacer... además, tengo novio, usted lo sabe..." Y yo, aprovechando que estaba de frente, aunque ella se echaba hacia atrás casi doblada sobre la fotocopiadora, le puse las manos en las caderas y acerqué mi boca hacia la suya, apretando los dientes para que viera que me la iba a comer toda, a ver si así caía en mi red... Pero entonces, entró alguien por allí y ella me empujó suavemente, se recompuso el pelo y la ropa y salió, dejándome con una erección tan consistente que tuve que meterme en el cuarto de baño a cascármela, para no ir alarmando con la pirámide horizontal de mi pollón al resto de las chicas del despacho.
Varias veces he pensado cerrar la puerta de mi despacho, una vez que ha entrado Zuli, y tirármela allí, sobre la mesa, como en las películas. Primero, sacarle el vestidito mordisqueándole los pezoncillos, luego clavársela, bien despatarrada sobre los papeles de los proyectos, y despues romperla el culo, mientras ella me suplica que lo haga con más fuerza aún, y me ruega que la pegue bien en las cachas, destrozándola el bul a tope, poniéndola a cuatro patas con embestidas salvajes y, finalmente, para culminar el polvazo, ponerla de rodillas a sorberme la polla hasta la última gota, mientras la escupo en la cara y la abofeteo un poco, como el Rocco Sigfredi ese, en sus pelis...
Yo creo que lo está deseando, en serio,... porque su novio seguro que no le da lo que necesita. Si no, no vendría con esas minis y esos escotes, que dejan ver sus tetitas apretadas, como dos globitos sonrosados, gracias a esos sostenes que usan ahora, dicen, para realzar los encantos... Ya le daba yo encantos... Pero, es que no me decido, no vaya a ser que se me quede colgada y luego me venga , como le pasó al Maiquel Duglas, con que quiere que me separe de mi Churri y me vaya a vivir con ella... Y, eso... una mierda... nada de nada, monada... Que esto es España, no América, y lo que Dios ha unido no lo va a separar una golfa de secretaria cualquiera, por muy buena que esté...¡Joder! Que ya lo dicen los colegas del club Azul y Rojo, una cosa es follarse a las titis que andan por ahí, diciendo a gritos con su cuerpo "¡jódeme!" y otra bien distinta, el respeto al santo matrimonio y a la mujer de cada uno. Que para eso hay que tenerla feliz, en casa, con sus cosas y en palmitas, con toda clase de electrodomésticos para que no se canse en sus labores, y regalarle vestidos y joyas de vez en cuando y todas esas cosas de mujeres que se le antojen. Para que siga allí, esperando a su maridito, que llega cansado del curre, o de la juerga si llega el caso, y para abrirse de piernas y desahogarle las penas del día.
Que a ellas eso no les cuesta nada... vamos, que aunque hipotéticamente no tengan ganas, que conmigo no es el caso, porque si hace falta, le como lo que sea para ponerla a tono. A no ser que esté uno muy borracho, claro. Pero, en ese caso, no tienen ni que estar despiertas siquiera. ¡La de veces que le habré yo hecho el amor a mi mujer estando frita. Y es que a las otras uno se las folla, pero a la propia parienta se le hace el amor, que para eso es de uno.
Ya sabes... vuelves con el calentón de un bar de guarras, y no se te ha dado bien... A mi, además, salvo casos muy especiales, no me gusta pagar a tías para echar un quiqui. Así que, como digo, llegas a casa a las tantas. La Churri está sopa y, bueno, pues si no se presta cuando le das unos besitos cariñosos, pues te pones encima, le abres el chichi y se la clavas. Y ya está... Al día siguiente, ella a lo mejor dice "jolín, como estoy por aquí abajo. Oye, no me digas que otra vez.... " Tu te ríes y le dices "Pchaa.. ya sabes... cosas de hombres... Por no despertarte, cariño..." y le das un beso a tornillo y le dices que la quieres, que eso le encanta oírtelo decir. Luego, hablas de comprar algo que sabes que le encanta y tan ricamente...

Bueno, hoy, no se porqué, las calientapollas de la oficina me están volviendo a poner cachondo... y es que el veranito... la ropa corta y escasa... los escotes laterales de las camisetas, que encima las guarrillas estas no llevan ni sostén y se les nota el bamboleo de las tetas... el colorcillo tostado de la pisci y los blancos o sonrosaditos de las zonas que cubrieron para tomar el sol, las transparencias y ese olor a hembra... Bien pocas, por cierto, porque andan todas bastante despelotadas, sin parte de arriba y con la de abajo entremetida por la raja del culo... ¡qué vamos...! ¡sólo de pensarlo y ya me empalmo...!
¡Joder!, que una de estas se va a buscar un disgusto... o me la chupa en los servicios... o voy a cometer una barbaridad...! Y cualquiera dice nada a todas estas... con lo plastas que se han puesto últimamente con el rollo ese del "acoso laboral" y toda esa pesca de gilipollerías para llamar la atención... o, para hacerse las mártires... a ver si las ascienden, ya que no son capaces de ganárselo por su inteligencia... Que están discriminadas, dicen la cabronas de las feministas esas... sobre todo, las del comité de los cojones... Les daba yo un buen achuchón a esas golfas, cuando vienen repartiendo papelitos de mierda del sindicato rojo. Un buen polvo es lo que les hace falta... y no tanto protestar.... Pero, claro, seguro que no tienen quien las meta caña... todas separadas o tortilleras... y un par de hostias de vez en cuando, para que sepan quien manda en casa... y en el trabajo. Seguro que la mayoría no se comen un rosco desde hace un montón de años, divorciadas, bolleras o con maridos maricones... flojuchos de los que creen que todos tenemos los mismos derechos... ¡Como que si Dios hubiera querido que fuésemos iguales nos iba a haber dado a unos la fuerza y los huevos y, a las otras, esos cuerpos tan apetecibles y la cabeza de mosquito, sólo para peinarse y hacer listas de la compra. ... Pero, claro, están ahí los modernos que, hasta siendo de derechas, defienden ahora la igualdad esa de sexos. ¡Maricones...! así va el mundo ¡coño!... de puta pena, con tanta tía buena mandando en lugar de estar en su sitio, como si valieran para ello... Yo ahora, me cogía a unas cuantas presidentas y directoras y, sobre todo políticas, y les ponía a fregar... a ver que tal lo hacían... Como antes... que ya lo decía el carné de identidad en la gloriosa etapa del Generalísimo: profesión, sus labores. Así cada uno se ocupaba de las cosas que tiene que ocuparse, las mujeres de los niños y la casa y los hombres de ganar pelas para que vivan bien... y las cosas iban de puta madre... no como ahora, que ni las labores propias de su sexo saben hacer en condiciones, porque ni se las enseñan como es debido a las niñas pequeñas y, luego todo el mundo al revés... los maricones se casan, las mujeres pretendiendo mandar y los hombres humillados por los políticos y los empresarios que ascienden a sus queridas o hijas.
Los colegios mixtos y las mismas asignaturas, las tías que entran en los bares y se toman copas como si fuesen putones, que salen con cualquiera y se quedan preñadas o les da por matar a los niños antes de que nazcan con el maldito aborto y las pastillas... Marimachos o directoras de negociado, haciendo de menos a los hombres y aprovechándose de los programitas protectores que se han sacado de la manga todos esos mangantes de la política nefasta, maricones y sociatas... Lo que hay que ver... Como yo digo, un buen par de hostias a tiempo y todos los problemas arreglados. ¡Ay, si no hubiera fracasado el bueno de Tejero...! Ya lo decía el Caudillo: a los rojos, sangre y fuego, que disfruten del rojo vivo...¡joder!. Y no tanta tontería de votaciones para todo, que van a acabar rompiendo la Santa Patria y, eso si que no... España, por encima de todo...

Bueno, yo creo que voy a acabarme pirando un rato del despacho... a dar una vuelta por ahí... a ver si me encuentro con alguna hembra cachonda en el bar ese de la carretera. Porque aquí hoy hay poco curre, yo creo que está todo el pescao vendido, las tías me están calentando los cascos... y voy a terminar metiendo mano a uno de esos putones verbeneros en un pasillo y, como me monte un pollo en plan estrecho, va a acabar ésto como el rosario de la aurora...
Y es que, ya lo dice el refrán... "Donde tengas la olla, no metas la susodicha... ¡je, je, je!...

El caso es que salí a la hora de comer con la intención de volver a media tarde, cuando ya hubiese bajado un poquillo el bochorno, después de unos copazos y, si se diera bien el tema, de echarme un caliqueño... Y, cuando pasaba cerca de la glorieta donde empieza la carretera nacional que va para casa, me veo a mi Churri, toda puesta de lujo y atractivos sensuales. En plan elegante pero informal, correteando desde la parada del autobús que viene de la urbanización... qaue ya me dirás porque no coge su utilitario, que para eso se lo he comprado ¿no?... en dirección a la entrada del Metro. Y me digo, ¡joder, que rica está hoy la jodía Mari...!
Voy a seguirla un ratito y luego me arrimo a ella en algún lado, como si fuese un desconocido y le doy un susto que la ponga a tope de nervios, para ver si quiere que nos lo hagamos en el mismo coche, dentro de un parquin, en un descampado o en algún sitio así, morboso como cuando novietes... por que hace mucho que no nos lo hacemos guarramente...
Y, entonces, para mi sorpresa, la veo que se acerca a alguien y lo saluda con efusividad... como con mucha alegría de ver a quien fuera... que no se distinguía desde el otro lado de la plaza y, al principio creí que sería su hermana o alguna amiga o conocida, porque llevaba melenita.
¡¡¡JODER...Macho... era un tío!!!. Un tío joven, bueno más joven que yo, por lo menos diez años y con el pelo largo y una pinta de maricón progre de esos... con camiseta y un pantaloncillo jipioso medio roto y sin raya ni nada...
Y yo me digo... tronco, controlaté, que igual es un primo o algún sobrino que se ha encontrado por casualidad... Pero, no... Va mi Mari y le arrima un besito cursi en los morros y le echa los brazos al cuello con una alegría que... vamos... me dejó de golpe hecho polvo... Como si se me hubiese caído el mundo encima de repente... ¡Me estaba poniendo los cuernos, la muy puta... y sin cortarse un pelo, allí mismo... en medio de la calle! ... Que los podía ver cualquier conocido y dejarme aún más en evidencia... Por que, claro, yo no soy un santo,... pero lo hago con discreción... en hoteles y clubs... en sitios donde nadie de buena catadura te pueda decir que me ha visto, porque para eso están esos sitios... Y, además, yo soy un Hombre. Y ella, una guarra asquerosa, por lo que veo... ¡No me jodas...! Un putón verbenero que me la está pegando con un cualquiera, con un gilipollas que seguro que no tiene ni media hostia... y, encima con esa pinta de julai, melenudo y desarrapado... ¡Me cago en Dios... y en sus putos muertos...! ¡Hostia!
Mira... se me hinchó la vena gorda del cuello y se me subio a la cabeza un calentón de adrenalina de esa que es pura mala leche... y es que ya no podía ni razonar... te lo juro... Todo lo que se me ocurría era "me las vas a pagar... hijaputa... te vas a enterar de lo que es hacerme a mí ésto...
Los dos de la manita... ¡no te jode...! como unos novios adolescentes, cruzando la calle llenos de risitas y gestos imbéciles de colgaos... Mira... me entró una mala hostia... que es que ni me lo pensé dos veces.
Arranqué a toda leche el BMW y me lancé a por ellos. Como al pegar el acelerón chirriaron las ruedas, todo el mundo miró hacia mí. Y, allí la ves... La cara se le puso a cuadros cuando se dió cuenta de que el coche que se le abalanzaba a toda velocidad era el mío... Aterrorizada, no le salía ni la voz, yo creo... Y el capullo de su ligue que va y trata de apartarla, tirando de ella hacia la acera. Pegué un volantazo y me los llevé a los dos por los aires con un lateral. Como un toro embestí... y los levanté no se cuantos metros para caer como muñecos rotos, cada uno para un lado. Llevaba tal leche que me comí el semáforo. Pero retrocedí enseguida y le pasé por encima al hijoputa del melenas... que quedó como despanzurrado, las tripas fuera y todo... quería levantarse y se le caían del vientre al cabrón. Y ella, con una cara de pánico que hasta me daba pena, gimoteando a gritos mi nombre y diciendo, mientras renqueaba con las piernas rotas... que casi hasta me da pena de verdad... porque decía mi nombre a gritos... "¡Jose... No, por favor... Jose... no lo hagas...! Pero se me subieron otra vez los ácidos del estómago a la garganta y me dije "¿Que no...? ¿que no...?... te vas a enterar, so cerda... A mi no me la pega nadie... Tu eres mía y de nadie más... te enteras... Si yo no te follo y ya no puedo hacerlo, porque me das asco.... nadie más lo hará... te enteras... Te voy a dar lo tuyo... Lo que se merece una traidora como tu... " Y volví sobre ella y le pasé dos o tres veces más por encima. Pa'lante... Pa'tras... Tooomaa... Hasta que me cansé y me vino el bajón de pronto... y ya la gente me aporreaba el coche y me dije... "¡Joder, tío, ¿qué has hecho? Dios mío... me he buscado la ruina por su culpa... será posible..." Y, entonces, di un giro al coche y tirando a la gente que se me abalanzaba por los lados, salí cagando leches de la zona, enfilando la autopista, camino del mar. Y repitiéndome todo el rato, mientras daba golpes con la mano al volante "¡Puta.. puta...puta...! ...¡cabrona, hijadelagranputa, guarra asquerosa... mira en qué lío me has metido... ¿qué hago ahora...? ¿Adonde voy...? que seguro que ya me está buscando la poli y me van a sacar en todos los telediarios, poniéndome a parir, cuando lo único que he hecho es defender lo mío... mi honor y mi vida... ¡Me cago en la hostia..., jodida cabrona, espero que estés muerta y bien muerta... y el mamón que te la metía también!... ¡Joder! Y me lancé autopista adelante, acelerando y acelerando... Y ya no me acuerdo de nada... Creo que me pegué un hostión contra un utilitario que venía de frente y la palmaron tres o cuatro... Dicen que yo iba por dirección contraria... ¿contraria a qué...? serán gilipollas... A mí qué cojones me importa una familia o un colegio entero en el otro coche, si no me acuerdo de nada, de los nervios que llevaba... Estaba ciego de rabia y así se lo voy a contar al juez y al susumcordam... Seguro que, con la mariconada de leyes que tenemos en este país gracias a los demócratas de mierda, habrá alguna eximente para mi accidente... Al fin y al cabo, yo no estaba en mis cabales... Me había sacado de quicio la puta de mi... Mari... ¡Oh, Dios mío, se me saltan las lágrimas cuando me acuerdo de ella reventada contra la pared de la esquina..., por su culpa...la que me va a caer... ¡que ha hecho con mi vida...! Me ha jodido, pero bien... Todas son unas malditas putas... como salga de ésta, te juro que lo van a pagar... Te lo juro... ¡Joder!.

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Madrid, Madrid, Spain
Soy fotógrafo de prensa en MADRID y además me gusta escribir. Tengo ya 60 años. Y opino que si no hubiera ni religiones con dioses ni ideologías totalitarias el mundo iría mucho mejor. No creo en la propiedad porque entré sin nada y así me iré de este mundo. Pero sonrío siempre que puedo a la gente (lo que produce efectos de todo tipo: unos se mosquean y otros me la devuelven). El cambio revolucionario lo están produciendo las mujeres al incorporarse a los usos del poder, así que espero que la sociedad vaya mejorando sin violencia y que el mundo detenga la locura de las guerras y los fanatismos para que algún día nuestros nietos vivan mejor. Mi otro Blog ¿POR QUÉ? es aún más descarado.