lunes, octubre 07, 2013

Aventura Portátil (relato cibernético)



Un relato que escribí hace unos años (aunque lo he repasado un poco)

AVENTURA PORTÁTIL (relato cibernético)
1
"BLIC" clamó el pequeño ordenador portátil y soltó un mensaje en la bandeja de entradas del correo electrónico.
"El sueño del hombre verde es una clase de historia de las que no te convienen, Juan. Vuelve a la realidad y conviértete en sapo de verdad para que te bese una princesa"  y firmaba una tal Violeta a quien no conocía.
Pero yo sabía que me hablaba a mí y de qué. Porque esa misma madrugada había despertado sudando y moviéndome como un maldito señalado por un rayo y la última imagen que quedaba en la imaginaria retina de mi frágil memoria de pez era un rostro verdoso frente a un espejo de camerino teatral, con luces de maquillaje y fotografías de santos actores y actrices, a los lados, dedicadas o rotas con la saña de todas las envidias de escenario.
Traté de profundizar en la volátil memoria onírica, pero solo quedaban sensaciones y flasback borrosos con frases que debía hilar reconstruyendo, es decir destruyendo de hecho su origen virtual para traerlas a una realidad imaginada. La cadena de palabras por medio de la vaguedad de los ecos sonoros en las impresiones del limo seco del fondo marino de aquello que fue sueño y ya solo reverberancia hueca.
Una palabras se multiplicaba en mi frente de helechos agitados por un viento frío y húmedo: "Volveré". Pero no sabía a quien se refería, si a mi o a otro que me la dijo tal vez. Tampoco en que contexto fue pronunciada, repetida, convertida en mantra, si formaba parte de la historia fantástica del sueño o provenía de la razón analítica enfrentada con la confusión del absurdo y elevada a categoría de proposición futurible por mi mente aún convulsa para presagiar un futuro a mi disposición.
"Volveré" y Violeta empezaban por "V" y ese era el título de una novela de Thomas Pynchon que no lograba terminar desde hace meses por falta de tenacidad en mi estilo zapeador de lectura y no porque me desagradara el complicado tramado del autor de rostro desconocido. No sabía a cuento de qué había surgido tal asociación de ideas pero como decía el detective de Twin Peaks "si dos acontecimientos separados por el tiempo y el espacio nos parecen relacionados a pesar de no tener nda aparentemente en común, es porque lo están por nuestra mente y debemos investigarlos" o algo así, creo recordar de cuando me pasaba las noches esperando el próximo capítulo. Además acababa de salir la traducción de "Contraluz" la última obra de Pynchon y no pensaba atacarla hasta que me hubiese cepillado "V" por mas que su irresistible atracción de tochazo con cientos de páginas de papel biblia atosigase mi espíritu de comprador compulsivo de libros para poner en un estante donde rozarlos de vez en cuando con los dedos como se besa una medallita o se ora a una estatuilla de divinidad cualquiera: puro fetichismo bibliófilo mas que interés profundo de submarinista volando entre aguas de mágicas historias.
Lo que no quitaba el hecho de que la portada de Providence ( Ferreras) que estaba leyendo esos días y su temática de monstruosa irrealidad probable me estuvieran influyendo en las caleidoscópicas sensaciones de verme dibujado en verde en un espejo del baño mientras deponía sentado en el retrete no solo heces físicas de digestión picante en lo hemorroidal, sino auténticas mierdas mentales que saltaban del azul púrpura al rojo carmesí como contraposición a la realidad paradójica y patética del correo de mi portátil abierto sobre la piernas cerradas y vomitando mensajes tan incomprensibles como lo ya imposible de recordar de mi sueño, más allá del reflejo de un eco en una pantalla borrosa que solo contiene signos desconocidos desvaneciéndose entre nubes de redes que tratan incautamente de atraparlos y solo captan vagas impresiones de lo que fuera.

Me propuse entonces corresponder con una pregunta al correo de la tal Violeta (supongo que mujer pero podría ser una clave y tratarse de un tío o una organización que desconozco, o ...) cuando un nuevo "BLIC" suena y abro sin pensar otro mensaje. Dice "FIRE, walk with me" y lo firma "Purple Princess" por lo que empiezo a pensar que se trata de un sofisticado spam intelectualoide dedicado a preocupar a los incautos hermenautas de la red que reciben estupefactos crípticas frases para estimular su afán de saber y hacerlos caer en una trampa troyana para curiosos.
Pienso un instante. Los paso un panda por encima y me arriesgo a contestarlos para ver qué pasa. Si es una chica rusa con mala sintaxis a causa de las traductoras automáticas que quiere "serias relaciones con propósitos matrimoniales o amistad sincera" y me envía fotos cándidas de chica buena al principio y unos días mas tarde, cuando ya le haya dado falsas expectativas de transferencia de dinero nunca enviadas y pretenciosos billetes carísimos de avión San Petersburgo-Madrid, solo ida que no enviaría ni loco por sus fríos ojos bellísimos y sus sano aspecto eslavo de nada disimuladas formas eróticas que realza en la fotografía con un escorzo apropiado para resaltar que no le falta nada en el físico y que si sus promesas de estudiante finalizando una carrera humanística fueran ciertas tampoco en lo intelectual. Y luego vendrían los cuentos familiares desgraciados y buenas promesas de fidelidad ante todo y las maravilla imaginarias de un futuro juntos con gupísimos hijos rubios de ojos azules, muchos a su discreción para motivar sexualmente al primo que se las promete alucinantes con tal pibón de medidas espectaculares: 95-60-105 y cociente de inteligencia más allá del 120 promisoriamente heredable por nuestros virtuales vástagos. Ella sería rápida de aprender idioma y muy dispuesta para un marido que la quiera. Ya se sabe que la publiciad atrapa los deseos y los convierte en ilusión o delirio antes de romper la economía y defraudar todas las esperanzas en la bondad del mundo. Y mas teniendo en cuenta que estas prolíficas propuestas matrimoniales están siempre controladas por mafias expertas en timar a idiotas que van abriendo sus cuentas en canal según reciben expectativas de sexo para que se den un banquete los carroñeros exógenos y las maravillosas mujeres rubias desaparezcan en la ciberniebla.

Pero no. También podría ser otra clase de spam aleatorio creativo de un artista en busca de fuentes de inspiración con las que alimentar su ego a través de triviales flirteos en red o de algún tipo de publicidad vírica que establece una conexión gancho en el ordenador que dice "NO" o busca en la galletitas de sus archivos las claves de sus gustos y costumbres para seguirle amortajando con toda clase de invitaciones a consumir, sin importar si son cuotas a ONGs, viajes de fin de semana baratos a sitios insólitos, ofertas bancarias y seguros con tarjetas gratuitas y pingües beneficios extra, o príncipes nigerianos invitando a ganar herencias desconocidas con solo aportar unos cuartos a los necesarios gastos de transmisión repartida. Definitivamente doy a "responder" al primero y escribo como si fuera un pardillo en la red "¿pero tu quien eres?"  sin firmar y pulso "enviar".

En cosa de un minuto o menos recibo respuesta:   
"Menos mal que me escuchaste, Juan. Yo soy quien soy y tu deberías haberlo adivinado si eres tan inteligente como te supongo. Soy una princesa y estoy encerrada en un castillo púrpura. Mi nombre es Violeta y estoy rodeada de hombrecillos verdes que vigilan mi sueño y mi vigilia del mismo modo que en los cuentos de hadas los dragones con aliento de fuego abrasan a todos a quellos que tratan de aproximarse sin ser esclavos de su majestdd la terrible Reina de Corazones.
No creas que es un cuento, Juan. Todo esto puede ser considerado una metáfora por ti pero no deja de ser una prisión irreductible para mi desde hace años. Yo apenas tengo 16 pero esta cárcel se me hace eterna al no conocer otra cosa. Sálvame, sapito mío. Se mi Príncipe Azul y líbrame de todo mal. Amen."
El remitente críptico es una larga combinación de números y letras @hotmail lo que hace imposible su detección sin un Echelón o Prism que echarse al coleto.

Me digo "trata de arrancarlo, Juan... trata de arrancartelo de la cabeza" . Pero un gusanillo de misterio ha corroído ya la herrumbre de mis deseos y me pide saber mas. Creo que no cejaré hasta averiguar quien es la misteriosa, el timador o la broma que se esconde e intimida mis dedos y los hace teclear respuestas sin reflexionar en consecuencias legales o de las otras. Porque, pienso, si es un rollo de prostitución para ciberadictos acabará descubriéndose al pedir o enviar fotos porno. O, si se trata de un/una menor, de pretendidas semiprocaces incitadoras a seguir y catar pedófilos desatados ante el ordenador por una lascivia sin límites morales, o ciberguardias echando redes en la red para atrapar buscones de niño/as, yo no tengo nada que ocultar ni sería fácil embaucarme con chantajes de ese tipo porque de inmediato lo denunciaría antes de verme enmierdado, ya que eso no sólo no me mueve sino que me asquea y no sólo por ser ilegal sino porque es inmoral,  y no son las adolescentes quienes enarbolan mi priapismo masturbatorio, más bien sus mamás un poco golfas o sus hermanas mayores en grupos de amigas o parejitas. Además, el tono del encantamiento no es de la habitualidad sicalíptica previsible, asi que no me queda más remedio que abrir nuevo correo y escribir en respuesta a su reclamación de auxilio. Tecleo:
"¿Donde está tu prisión, princesa? ¿cual es el carácter de tu esclavitud, física o psíquica? ¿quien es el canalla de tu carcelero? ¿cómo puedo ayudarte?"
Y doy a enviar para saber de inmediato si pide algo u ofrece imágenes indecentes que delaten su fraude ciberpostal y me liberen del peso moral de socorrer a quien no lo necesita y vive del timo o el sexo de alquiler.

2
La nueva respuesta tarda ahora varios minutos en llegar y me impacienta. Pero lo hace el doble en casi simultaneidad con dos misivas de remitentes aparentemente iguales los cuales enseguida compruebo que difieren en una cifra y una letra. Eso me desconcierta y excita ya antes de abrir los mensajes que leo con avidez para comprobar que se puede ser otro/a y el/la mismo/a mientras se abre un árbol de respuestas o peticiones de auxilio sincronizadas con un destino incierto.
Una dice "Si" , la otra dice "No" . Ahora conozco las respuestas a la vida, solo que no se a qué pregunta se refiere cada una. Una paradoja, un laberinto verbal de insensateces que explican el sinsentido cósmico, el orden y el caos confiriendo su mística fé de imbécil a la estructura espacio-temporal del momento Aleph sub cero en UR. la ecuación con la función de onda de
Heisenberg ha quedado desfasada porque el absurdo de la Humanidad ha dado un nuevo paso en la ignominia y el estatus de país civilizado que tienen aquellos que gobiernan el mundo si que es un auténtico timo, como si pretendieran defender algún otro principio distinto a su voluntad de poder.

Volví a teclear mis dudas acerca de la ambivalente respuesta obtenida porque tenía que saber más sobre aquella misteriosa Violeta o su impostura y su críptico "volveré"  que pensé solo podía significar una cosa y nada que ver con oscuros nidos de golondrinas, pero esta vez no pulsé a "enviar". Mejor sería callar de momento ante los inquisitoriales requerimientos del escueto mensaje cifrado recibido por partida doble para desconcertarme. Respondí del mismo modo inverso y al que me dijo "si" le contesté "no" y al que me dijo "no" le respondí "si", a ver que pasaba...
Y vaya la que se lió. Porque mi intuición me había hecho acertar con la clave encriptada entrelazando ambos como una coloreada serpientenoche de ADN chispeante de radiación gamma. Mi ordenador portátil estaba a punto de reventar con el almuerzo gratuito desencadenado sin intencionalidad expresa de mi voluntad: millones de cifras y letras, signos matemáticos que nunca había visto (claro que mi formación cuántica no pasa de lo esencial) con paréntesis y letras griegas a mogollón, ecuaciones operando solas como si un dios algorítmico hubiera reconocido a su profeta y se empeñara en hacerle aprender todas las sutras y versículos más procaces del Universo, un estallido cósmico de variables e incógnitas inoperables desplegando su furia poética sobre mi pantalla, obstruida como una lluvia mátrix verdinegra que en mi caso era de 256 colores internáuticos. Y no paraba, llenaba scrolls y scrolls, que se autoalmacenaban cada pocos segundos en una red de carpetas relacionadas por diagramas de flujo en capas, construyendo en  la escasa memoria libre de mi portátil una estructura multidimensional inédita e incomprensible. Y no podía pararlo aunque lo intenté varias veces al principio al creer que se me había colado en el correo un tsunami de virus informáticos destructivos. Se me ocurrió desenchufar el ordenador, o dar al "apagar" al menos, pero me fascinaba como una obra de arte inédita en forma de diluvio cibernético invadía mi dominio en la red y sentí de golpe el síndrome de Estocolmo al verme así secuestrado virtualmente. Conecté un disco duro portátil de varios terabytes y sin necesidad de dar al traspaso de información vi como se iba llenando de computaciones abstractas pero discretas, las cuales se autoorganizaban, modificaban y evolucionaban ya sin cifras ni letras sino con preciosos modelos topológicos de muchas dimensiones, compitiendo en algoritmos fractales en una pantalla asombrada de la belleza que mostraba. Me recordó a Tron, a un sueño de Wargames o 2001 tomando el control del pequeño aparatejo que se me iba de las manos.

De súbito, se detuvo. La computación cesó al menos a ojos vista y un punto rojo en el centro de la pantallita empezó a parpadear con latidos tan irregulares como los de un corazón humano arrítmico o estresado que poco a poco se va serenando y adopta un ritmo normalizado, como cuando un orden pseudoaleatorio inicia su ciclo caótico y poco a poco encuentra su emergente lugar de estabilidad estructural y forma un nuevo orden superior pero por momentos inestable por la cantidad de factores que interfieren su órbita regular.
Yo no estaba seguro de qué hacer entonces. ¿desenchufar por si la avalancha cibernética se había comido mi ordenador para tratar de recuperarlo? ¿esperar a ver qué sucedía a continuación y una vez que se hubiera estabilizado el flujo de los latidos? ¿introducir una pregunta o un dato al sistema para ver si al otro lado del espejito mágico de mi pantalla había un monstruo o un hada?
Como nunca he sido discreto ni prudente opté por lo último y escribí en el hipercubo blanco que oscilaba y palpitaba una pregunta
"¿Quién hay ahí?"  
Y el punto rojo se hinchó un poco, latió en sordina con una pizca de excitación o temblor durante algunos instantes para volver al silencio inicial, es decir a su regular cardiorritmo de "stand by" flotante.
Volví a escribir pero ahora dando mi nombre real sin avatares ni nicks. Puse en el blog de notas hipercúbico:
"Oye, seas quien seas, me llamo Juan. ¿puedo saber quien eres tu ahora?, si es que existe vida más allá de mis dedos en esta máquina o allá donde provengas"
Noté en el punto rojo del centro del hipercubo un nuevo temblor como de miedo y luego hizo "BLIC" y se agrandó como una hiperesfera dentro del hipercubo y ocupó el centro de la pantalla mostrándome que lo que yo creía palpitaciones era un fractal de Mandelbrot autorecorriéndose en esa especie de bucle lleno de colores que es su naturaleza infinitesimal semejante a un bucle de geografías virtuales donde lo pequeño siempre es demasiado grande un instante después para afirmarse como pseudoinfinito matemático en procesos computacionales: mientras el vacío potencial diera una pizca de energía más al espacio a través de un túnel cuántico o un agujero blanco el crecimiento del cosmos y cada una de sus hiperpolígonos espacio-temporales multidimensionales no pararían de crecer, modificarse y trasladarse creando distintos tipos de energía hasta caer en un hoyo negro y sin flequillo que pudiera ser su némesis.
Ese era el sentido cósmico y el de la vida, la humanidad y todo lo demás que conocemos o no. Y no 42 o dios como pretendía alguien.

3
Varias horas después de aquello y tras lo cual me había entrado un sopor intenso como un subidón opiáceo lleno de lucidez y al mismo tiempo abotargando los sentidos hasta el sueño, desperté frente a la pantalla del ordenador que simplemente parpadeaba de la forma en que se queda al colgarse el programa en curso y ser incapaz de reiniciarlo si nadie pulsa "continuar". No estaba seguro de lo que pudiera haber pasado pero preferí reiniciar el portátil por si las moscas se hubiera colado un supervirus de nueva generación saltándose los cortafuegos y al panda de los cojones.
Y todo parecía ir bien en la recarga del sistema si no fuera porque ya no era Windows y las primeras pantallas tenían muchos colores para mostrarse y aquellos hiperpolígonos topológicos multidimensionales parecían razonar sobre qué hacer conmigo y con el resto de la Humanidad una vez que habían explorado las redes y sistemas de comunicación global y descubrieron que no éramos tan buenos seres como queríamos aparentar cuando enviamos los Voyager.
Después de eso tiré la pequeña computadora por la ventana y salí corriendo.


Juan Luis Jaén Urueña  
       
  

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Madrid, Madrid, Spain
Soy fotógrafo de prensa en MADRID y además me gusta escribir. Tengo ya 60 años. Y opino que si no hubiera ni religiones con dioses ni ideologías totalitarias el mundo iría mucho mejor. No creo en la propiedad porque entré sin nada y así me iré de este mundo. Pero sonrío siempre que puedo a la gente (lo que produce efectos de todo tipo: unos se mosquean y otros me la devuelven). El cambio revolucionario lo están produciendo las mujeres al incorporarse a los usos del poder, así que espero que la sociedad vaya mejorando sin violencia y que el mundo detenga la locura de las guerras y los fanatismos para que algún día nuestros nietos vivan mejor. Mi otro Blog ¿POR QUÉ? es aún más descarado.